Una mirada me acecha...
abro los ojos y su mirada me enferma...me da escalofríos, cautiva, sigilosa, esa mirada recorre mi cuerpo desnudo tendido en la cama y esa gata negra mirándome...como si quisiera introducirse a la cama y recostarse junto a nosotros.
Me observa tan profundo que comienza a incomodarme, me muevo inquieta y él se da cuenta
-¿Qué pasa?- dice con una voz soñolienta.
- Es tu gata negra, me mira "raro"-
-Calma, sólo está celosa porque hace años que no viene una mujer a mi casa, ya duérmete- me abraza y me da un beso tierno en la frente, siento el calor de su cuerpo.
Pero La Gata (al parecer ese es su nombre) sigue incomodándome, no me deja dormir, se mete en las sábanas o se monta en mis pies...ahí está observándome o ronroneando en mi oído.
Y siempre es igual:
Una copa de vino, está ahí la gata...
Un trago de mezcal, me araña...
Un churro de mota, se monta en mis piernas...
Unos besos, sus ojos verdes castigándome....
Tener sexo, su mirada agresiva se clava en mi espalda...
A veces siento que odia que lo tengo entre mis brazos o aprisionado en mis piernas, desearía ser ella la que lo amara y lo besara toda la noche...desearía ser "real".
Para Ganja
Ace.
Hace 1 mes
